He visto pasar rápidamente este mes que no puedo creer que los días pasen tan deprisa...
Es triste ver que las estaciones que conocí de niña ya no existan más, pues nuestra raza, que es una de tantas que ha creado cosas tan maravillosas y construir desastres lamentables, es responsable de todos los cambios drásticos que ha realizado nuestra madre naturaleza para mantener el equilibrio...
Equilibrio, es la palabra que más nos ha costado conseguir y mantener: en nuestra mente, en el corazón, en la vida tanto de las personas que nos rodean como de la propia misma.
El equilibrio marca una fina e importante separación entre obligaciones y derechos; entre trabajo y familia, entre penas, preocupaciones y alegrías y logros; el equilibrio se ha sentido últimamente amenazado con esta nueva era que nos consume irremediablemente hacia el futuro incierto: la tecnología. Sólo de ver en cine, literatura, escritos e infinidad de otros documentos, se da uno cuenta de que el ser humano sigue con la esperanza de lograr las fantasías que nos persiguen desde infantes: la inmortalidad, el poder de volar, ver el pasado, la visión del futuro que nos espera, y una que es más latente que las demás: la inteligencia artificial: el sueño de crear una creatura a semejanza nuestra, pero con un costo muy alto si no sabemos mantener el equilibrio y la armonía...
Me da miedo pensar que el futuro incierto que les depara a mis seres queridos, en especial mi hijos, sea precisamente eso: incierto. Porque tengo muchos motivos para pensar que ahora tengo la más difícil de las tareas para con mis hijos para ese futuro incierto: Inculcar valores, nutrir el poder de decidir a veces con el corazón, a veces con la razón, a veces con la fe; valores para forjarse mejores seres humanos, humanos pensantes, creativos, con ideas de buscar un equilibrio que los lleve a la tranquilidad en todos los aspectos; la decisión propia, en todos los aspectos, de que, aunque va a haber mucha gente que esté en contra y los quieran hacer desistir, que tengan la firme convicción de que la decisión que han tomado es la correcta, ya sea por sentimiento, pasión, razonamiento o por esa fuerza que nos mantiene como seres humanos y que somos tantos y nos sentimos solos: la fe.
Espero que mis hijos valoren lo que plasma mi pensar: que logren mantener el equilibrio en la vida, en el alma, en el hoy.
Kty D.